Ciberviolencia de género: qué hacer ante la sextorsión o el ciberacoso

Ciberviolencia de género: qué hacer ante la sextorsión o el ciberacoso

El programa «La mañana de Cope» (Madrid) se hizo eco de nuestro artículo sobre ciberviolencia de género y entrevistó a Francisco Valencia, Director General de Secure&IT. Aquí os dejamos la entrevista:

 

BEATRIZ PÉREZ: Vamos a seguir hablando de violencia y, en este caso, de ciberviolencia. Actuar contra la violencia de género es uno de los retos de la sociedad actual. De hecho acabamos de conocer esta semana un estudio que habla sobre la permisividad de los adolescentes ante la manifestación de la violencia ejercida en la pareja de una manera o de otra. Y ahora nos encontramos con un nuevo escenario, Internet. La rápida expansión de esa violencia y humillaciones a través de las redes sociales mediante los dispositivos móviles. Esto ha provocado que, en los últimos años, nos enfrentemos a un nuevo tipo de delito que ya recoge incluso nuestro Código Penal: la ciberviolencia. Según el informe de Naciones Unidas Combatir la violencia contra las mujeres y las niñas, una llamada de atención al mundo, el 73% de las mujeres ha experimentado de alguna manera la violencia online o ha estado expuesta a ella. Y si nos centramos en la Unión Europea (UE) el porcentaje de mujeres a partir de 15 años que han sufrido agresiones serias a través de la red es del 18%. Francisco Valencia es experto en ciberseguridad y director general de Secure&It. Buenos días y bienvenido. ¿Somos demasiado confiados sobre cómo nos mostramos y nos movemos en la Red?

FRANCISCO VALENCIA: Somos muy confiados. Hay un gran desconocimiento sobre los riesgos de seguridad que existen en Internet y el problema es que nuestros menores y adolescentes viven allí, igual que nuestros abuelos vivían en el campo y nuestros padres en la ciudad, la red es su espacio de vida. Pero, no son conscientes de los riesgos que hay.

B.P: ¿Por qué no termina de calar el mensaje sobre el uso correcto de los datos que volcamos en Internet, como las fotografías o la información personal?

F.V: Realmente sí que cala, la sociedad sí que conoce los riesgos, pero les pesa más esa necesidad primaria humana de ser visible.

B.P: ¿Cuáles son las formas de violencia más comunes ejercidas en Internet?

F.V: La verdad es que hay de todo. Pero ya que estamos hablando de ciberviolencia de género podemos señalar la existencia de fenómenos como el sexting o la sextorsión, que empiezan cuando, de forma voluntaria o no, una mujer o un hombre pasa fotos o vídeos comprometidos a otra persona. La sextorsión consiste en que cuando ese material cae en manos de un ciberdelincuente este los utiliza para extorsionar a la víctima y exigirle que le pase más fotografías bajo amenaza de hacerlas públicas. De aquí saltamos enseguida al ciberacoso. El ciberacoso no es más que el acoso que ha habido siempre pero mayor; el problema de Internet es su capacidad de amplificación de estos acosos. Las medidas tradicionales que puedan poner los cuerpos de seguridad, como por ejemplo una orden de alejamiento, no sirven para nada dentro de la Red. Aunque la víctima tome la injusta decisión de cambiar de ciudad y residencia, sigue sin servir de nada en estos casos.

B.P: ¿Qué dice el Código Penal en este sentido? ¿Todavía va por detrás de lo que ocurre fuera?

F.V: La legislación, no solamente la nueva que se está adecuando al entorno más cibernético, sino -incluso- la tradicional era válida porque realmente lo que se penaliza es el delito y no el medio por el cual se ha cometido. Es decir, lo que se penaliza es la humillación a una mujer, se haga como se haga. El problema es que las leyes no contemplaban el efecto amplificador que tiene Internet y el hecho de que la Red no olvida. Puede ser que un acoso que se haya producido hoy de aquí a diez años perdure y la víctima se siga sintiendo acosada. Por tanto, lo que no está tan adecuado es el sistema de sanciones y, por supuesto, la forma de prevenirlo.

B.P: Desde su experiencia y con sus conocimientos, ¿por dónde debería pasar esa solución? Sobre todo por la permanencia en el tiempo que comenta de esos delitos que te pueden arruinar la vida (puede que no en ese momento pero sí diez años después).

F.V: Desde luego pasa por varios puntos. El primero de ellos es la educación, que eduquemos bien a nuestros menores en valores de respeto y de igualdad, de no agresión (por Internet o sin Internet). Segundo: lo que es importante que nos quitemos, y yo creo que el tiempo lo hará solo, es la falsa sensación de que detrás de la pantalla de un ordenador existe el anonimato y una inmunidad total. Cundo los menores se sientan ante el ordenador piensan que nadie les ve, que nadie les observa y, por lo tanto, que pueden hacer lo que quieran libremente. Y eso no es así. Lo siguiente sería regular Internet, igual que se tuvieron que regular las ciudades cuando se convirtieron en un escenario de vida, ahora se tiene que regular este nuevo escenario. Los menores viven en Internet, sus amigos, su pareja, su trabajo va a estar en Internet, igual que todo su entorno social.

B.P: ¿Cómo se denuncia hoy por hoy la ciberviolencia?

F.V: Se denuncia de la forma tradicional, es decir, una denuncia ante los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado (Policía Nacional y Guardia Civil) que, además, tienen departamentos específicos, como la Brigada de Investigación Tecnológica, que ayuda al juez en los delitos de carácter tecnológico. También tienen páginas web para poder cursar una denuncia, pero lo mejor es personarse en los juzgados o la comisaría. Y, sobre todo, lo más importante es no tener ni miedo ni vergüenza a poner una denuncia. Cuando una persona sufre un ciberacoso, como una sextorsión, no tiene que dudar de que eso va a ir a más hasta que le ponga freno. Y la forma de pararlo pasa por la denuncia.

B.P: Sr. Valencia, comentaba que una de las soluciones parte de la educación. Desde luego ahora nuestros jóvenes tienen mucha más educación en prevención de la violencia que la que teníamos nosotros. Ahora hay programas específicos, por ejemplo, de la Policía, con los agentes tutor, donde se les explica qué es la violencia de género, qué es el acoso, qué es el bullying, etc. Sin embargo, esta semana conocíamos un estudio que decía que los adolescentes, aun siendo testigos o sufridores de la violencia de género son muy permisivos, muy laxos. ¿Usted a qué cree que se debe?

F.V: Como he comentado al principio, creo que eso es debido a las ganas que tiene el ser humano de ser conocido y de que su entorno sepa sobre él. Eso le invita a poner fotos y colgar contenido que, después, puede ir en contra suya. Otro de los motivos es que, aunque efectivamente los menores están más formados, tiene lugar el impacto del efecto amplificador, es decir, delitos o acosos que antes podían pasar desapercibidos ahora pueden provocar finales tan trágicos y lamentables como el del niño que decidió quitarse la vida.

¡Denuncia!

Si eres víctima de maltrato o conoces algún caso cercano de violencia de género, puedes llamar al teléfono gratuito 016. Este servicio funciona las 24 horas del día los 365 días del año. Y, no te preocupes, no deja rastro en la factura de teléfono (nadie tendrá conocimiento de tu llamada). Si tienes alguna consulta, también puedes enviar un correo electrónico a [email protected].

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